Independientemente de la causa del despido, mucha gente lo vive como una gran derrota. Se avergüenzan, les da miedo contarlo por el “qué dirán”, mienten en entrevistas laborales, e incluso, algunos se estancan en el propio proceso emocional-físico-social, impidiendo poder ponerse en acción de cara a conseguir un nuevo trabajo.
J. William Worden (1982) define el duelo como algo complejo y que se experimenta de varias formas, (emocional, física y social) Estos principios se pueden aplicar, no solo a la muerte, sino a diferentes pérdidas: un divorcio, una amputación, la pérdida del trabajo … Por lo tanto, tenemos que ser consecuentes con lo que estamos viviendo, y entenderlo, nos ayudará a superarlo.
Siguiendo la recomendación que nos hace Neimeyer (2001) vamos a centrarnos en “Tareas” para la superación de este duelo. El hecho de hablar de “Fases del duelo”, como muchas teorías nos cuentan, nos lleva a una actitud pasiva, como si estas fases pasasen por nosotros independientemente de la actitud que tengamos. ¡No nos confundamos! Como hablaba en el post de “El Tabú del despido” (https://bit.ly/3twtB6X ) este proceso implica una Responsabilidad personal con nosotros mismos y con nuestras ganas de superar este proceso.
OS RECOMIENDO ALGUNOS “TIPS”, basándome en J. William Worden (1982).
TAREA 1: Aceptar la realidad del despido. “Si, me han despedido”. A veces nos agarramos a ideas fantasiosas para evitar esta realidad: “Igual me llaman dentro de un año cuando esto mejore”, “Igual esto tiene solución” … Ya sea por múltiples razones, la verdad es que nos han despedido. El hecho de buscar estas u otras “excusas” nos impedirá ponernos de nuevo en marcha a buscar nuevos retos.
TAREA 2: Trabajar las emociones y el dolor del despido. “Si, me han despedido y duele” ¡Claro que duele! Nos han dejado sin ingresos recurrentes, han herido nuestro ego, hasta muchos podrán pensar también: “han perjudicado nuestra clase social” Durante este proceso, vamos a pasar por una serie de emociones intensas como, por ejemplo, enfado, tristeza, culpa, ansiedad…
Quería subrayaros un par de puntos: Asumamos y aceptemos nuestras emociones, “Está permitido sentirse así”, sustituyamos la culpa por la responsabilidad, y no dejemos que la ansiedad domine nuestro día a día, porque nos incapacitará de cara a ponernos en marcha
TAREA 3: Adaptarse a un nuevo entorno. “Si, me han despedido, y me tengo que buscar una nueva rutina” ¿Qué hago ahora un lunes cualquiera de un mes cualquiera a las 9:00 am? Antes, sonaba el despertador, nos levantábamos y sin pensar, realizábamos nuestra rutina matutina, acabando en nuestra oficina para comenzar un nuevo día con la misma gente, nuestros colegas, nuestros jefes o subordinados, teníamos conversaciones amables y menos amables, pero esperables.
Ahora ¡Todo es nuevo! Nuestros nuevos compañeros serán nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros amigos, los agentes del SEPE, los headhunters, recruiters, y redes de búsqueda de empleo. Tenemos que adaptarnos a nuestro nuevo entorno de trabajo, y… ¡Tenemos un trabajo!, claro que sí, la búsqueda de empleo. Nos ayudará establecer nuevos horarios y rutinas.
TAREA 4: Recolocar emocionalmente a nuestra antigua empresa y seguir viviendo. “Si, me han despedido, y no soy capaz de desvincularme emocionalmente” A veces cuando el despido ha sido reciente, trasladamos miedos en el reto siguiente. Puede que la siguiente empresa, nos la juegue de nuevo o sea la mejor oportunidad de nuestra vida: ¡No lo sabemos!, pero lo que está claro, es que ir con una actitud pesimista, o trasladando miedos del pasado a la entrevista, no nos ayudará en el proceso de selección.
Estos miedos y esta transferencia emocional, casi siempre se hace inconscientemente, al no haber resuelto nuestro duelo adecuadamente. El consejo es reconciliarse con nuestra antigua empresa. Ayuda, el intentar sacar lo positivo que nos ha aportado; y de lo negativo, responsabilizarnos de nuestra parte: ¿Pude hacer algo de forma diferente? No culpabilizarnos de hechos que no hemos podido controlar. Ayuda también, verbalizar lo que ha pasado a nuestros familiares y amigos, ya que cada vez que lo narremos nos saldrá de una forma más natural y esa naturalidad la necesitaremos de cara a futuras entrevistas.
No obstante, cada situación es diferente y tienes sus particularidades, problemas y/o facilidades añadidas. También, nosotros somos particulares, y afrontaremos de una forma u otra cada situación. Lo que intento, con este pequeño artículo, es dar visibilidad a este proceso emocional, físico y social por el que se pasa y que no siempre, para muchos, es fácil. Implica enfrentarnos con nosotros mismos, con nuestras emociones y pensamientos. Requiere esfuerzo y responsabilidad. La parte buena, es que por el camino nos conoceremos mejor a nosotros mismos. Tenemos la oportunidad de aprovechar esta parada que nos ha sido impuesta, para hacer un autoanálisis ¿Qué queremos? Y quizás…¡la siguiente oportunidad sea mucho mejor! ¡ADELANTE!
